El positivismo se originó en el siglo XIX extendiéndose hasta la primera mitad del XX adoptando la forma de positivismo lógico. Existen diferentes tipos de positivismo como el social, el evolutivo, el político el religioso y otros que comparten características como la fenomenología, el nominalismo y el reduccionismo sumándose también el rechazo de los juicios de valor y de los postulados normativos del campo de las ciencia, así como el rechazo a todas las entidades que no son susceptibles de examen empírico objetivo.
El positivismo restringe las actividades de la ciencia exclusivamente a los hechos observables y a la determinación de las leyes de la naturaleza, que son las únicas portadoras de conocimiento genuino, sus fuentes filosóficas se encuentran en Francis Bacon y en los empiristas ingleses como también en los filósofos de la Ilustración.
Al transformarse en un proyecto universal para la vida humana, exalta a la ciencia como la verdadera fuente de ética, de la política y hasta de la religión, asimismo debido a la adopción del concepto de progreso universal se relacionó con el idealismo absoluto de Hegel.
Entre sus más destacados representantes encontramos a Augusto Comte, Ernst Mach, Charles Peirce y Henri Poincaré